miércoles, 22 de mayo de 2013

Oración del Fin






Dominique Venner (1934-2013), historiador valioso y tristemente presa  de la tentación pagana, confirmada el día de ayer con un acto gravísimo y doblemente sacrílego. A su memoria -que no ha de servir ninguna otra cosa- le dedicamos este poema de otro atribulado, pero que supo mantener la esperanza, recibiendo al final el galardón de la fe y de la vida perdurable.


ORACIÓN DEL FIN 

Mentre che la speranza ha fior del verde
Dante, Purg., III

Hazme dormir, Señor, en vuestra paz segura,
Entre los brazos de la Esperanza y del Amor.
Corazón de soldado que no supo del odio
Y que por vuestros bienes siempre luchó.

Batallas que sostuvo por una sola Patria,
Por un Rey, (los más bellos que vi bajo los cielos)
Por una Francia de los Borbones; por mis Damas, María,
Juana de Arco y Teresa y el Señor San Miguel

Jamás nuestro París llegó a romper con Roma.
Roma, Atenas en flor, su fruto recogió,
Razón, virtud, belleza, los honores del hombre, 
Los rostros divinos que en mi noche aparecen.

Señor, quién sois ignoro, porque yo también ignoro
Quién es el artesano del vivir y el morir,
Y en el corazón mío cuáles ondas sonoras
Han dicho o contradicho su deseo eternal.

No comprendo ya nada de ese ser de mi ser,
¡Tantos dioses contrarios dispútanlo entre ellos!
Mis huesos alzarán la lápida de los abuelos.
Y cayéndome busco esa misma verdad.

¡Oíd esa necesidad de comprender para creer!
¿Hay un sentido en los vocablos que profiero?
¿Hay tras su laberinto, una puerta de gloria?
Porque Ariadna me falta y de su hilo carezco.

¿Cómo creer ¡oh! Señor, para un alma que arrastra
Un oscuro apetito de las luces del día?
Hazla dormir, Señor, en vuestra paz segura,
Entre los brazos de la Esperanza y del Amor

Charles Maurras,
Clairvaux, junio de 1950


Traducción de Carlos Massini Correas
Mendoza, 1975
en Moenia, n. IV, junio de 1981

2 comentarios:

  1. ¡Don Martin! Un gusto tenerlo por estos lados. El Maurras poeta no es tan conocido en la blogósfera. Aunque para hacer honor a la verdad, Maurras, en muchos sentidos, sigue siendo un Gran Desconocido. Para muchos, es el único agnóstico "de mala voluntad" y a mor de condenarlo, todo "integrismo clerical" o fideísmo pietista que lesione la "sana autonomía" del orden temporal queda justificado (cfr: el artículo de InfoCaótica sobre Vidal)-Eso nos revela el gran pecado de Maurras a ojos del progresismo -no su falta de fe ni su maquiavelismo morigerado (que lo tuvo)- sino estar de espaldas al "espíritu de los tiempos", que exigía falta de fe y maquiavelismo pero yertos hacia la Revolución. Tengo por ahí otro poema de él en francés, que un buen abate tuvo a bien transcribirme, se titula "Tout est perdu, Maurras", muy apropiado para los tiempos que corren. Lo he perdido, ¡ay! Pero si lo encuentro entre mis papeles lo publicaré por aquí.

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